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- Ana Belén Herrera de la Cruz
- 21/07/2017
- Comentarios desactivados en Isabelle Stengers: Imaginar entre el desastre
- Capitalismo, Ciencia, ecologismo, Filosofía, Isabelle Stengers, Katrina, sostenibilidad
DESDE LA REVISTA PIKARA MAGAZINE, nos hemos encontrado con este libro maravilloso:
La científica y filósofa belga analiza en el ensayo ‘En tiempos de
catástrofes’ las consecuencias de que la ciencia y academia estén al
servicio de un capitalismo que ejerce violencia sobre Gaia, nuestra
biosfera expoliada. Prestar atención a su obra nos prepara para prestar
atención a nuestra realidad.
Mientras leía el ensayo de Isabelle Stengers, En tiempos de catástrofes (Ned Ediciones, 2017), no podía parar de pensar en una película inglesa de 1951 llamada El hombre vestido de blanco (The man in the white suit).
Esta película cuenta la historia de un inventor que crea un tejido que
no se ensucia ni se rompe. El inventor, al que ninguna universidad o
empresa quiere subvencionar sus experimentos, se dedica a colarse en los
laboratorios de distintas fábricas textiles para hacer ensayos. Un día,
después de innumerables pruebas, da por fin con la fórmula para
elaborar este tejido irrompible a prueba de manchas. A partir de ese
momento, el mundo entero se vuelve en su contra. Nadie quiere que se
comercialice este invento, ni los empresarios textiles, que ven peligrar
su negocio, ni los obreros de las fábricas, que temen perder sus
trabajos. Mano de obra, a través de los sindicatos, y capital se alían
para intentar frenar a este inventor «irresponsable» que pretende
alterar los «delicados» equilibrios del capitalismo en vez de usar la
ciencia para alimentar el tejido productivo del sistema. En su huida, el
inventor se cruza con una humilde lavandera que le reprocha su
actuación en nombre de un progreso que hace más mal que bien a la
humanidad. El científico la mira, reflexiona durante unos segundos y
sigue su carrera. Nadie impedirá que dé a conocer su invento. Seguro
esta vez conseguirá una beca.
Más de medio siglo separa esta perspicaz comedia negra del ensayo
sobre nuestros «tiempos de catástrofes» de la científica y filósofa
belga Isabelle Stengers, y sin embargo, ambas obras tienen no pocas
observaciones en común: ciencia y academia al servicio de las
necesidades productivas del capitalismo, encuentros y desencuentros
entre clases sociales capitalistas, ceguera del progreso respecto a sus
consecuencias, crecimiento sin otro fin que el crecimiento… Sin
embargo, Stengers, plenamente instalada en el siglo XXI, introduce
otros elementos claves en su análisis del presente que en la época del
filme, plena postguerra, no eran todavía tenidos en cuenta, como las
nuevas tecnologías, el Estado como factor que ha perdido su «autoridad»
frente al capitalismo, o la «intrusión de Gaia», concepto con el que la
autora define cómo la Tierra responde ante las modificaciones violentas
que en ella provoca el sistema de producción capitalista.
En En tiempos de catástrofes,
Isabelle Stengers, una de las principales exponentes de la filosofía de
la ciencia (rama de la filosofía que estudia el saber científico y sus
consecuencias socioculturales), invita a los lectores a repensar el
estado de su entorno y a plantear sus propias preguntas para intentar
llegar a espacios en los que se experimenten nuevas respuestas a
problemas comunes. Stengers ofrece algunas claves para indagar en un
presente del que con frecuencia solo se contempla la imagen
distorsionada que ofrece el poder, o «nuestros» responsables, en
palabras de la filósofa, cuyo estribillo tantas veces oído «es
necesario, no tenemos elección», para justificar sus actuaciones,
transforma en costumbre lo intolerable y aleja nuestra atención de las
cuestiones realmente importantes, aquellas que nos hacen pensar,
inventar, actuar. A través de la reflexión, Stengers apuesta por
una lucha política que va más a allá de la política, que no se conforma
con defender conquistas ganadas en el pasado y denunciar los
escándalos, sino que trabaja activamente en la construcción del futuro
y manifiesta en voz alta preguntas tales como «¿quién paga a los
técnicos, cómo se educa a los científicos, a qué sueños de riqueza se
confía la tarea de “reactivar la economía”?»
Y transversal a todas las cuestiones, Gaia, nuestra biosfera, fuente
expoliada de energía y vertedero del capitalismo, cuyas reacciones
brutales al maltrato humano hay que tener en cuenta en cualquier
elaboración nueva de pensamiento. Isabelle Stengers menciona la
catástrofe del huracán Katrina como ejemplo de intrusión de Gaia, y como
la «barbarie» llegó no por el desastre natural sino por la respuesta
que se le dio a este desastre: «los pobres abandonados mientras
los ricos se ponían a resguardo». Según la autora, las acciones a tomar
frente a la intrusión de Gaia, y en la lucha anticapitalista en
general, han de pasar por la independencia respecto al poder y
por producir nuevos saberes (y rescatar saberes antiguos) que den
respuestas locales a situaciones concretas. Para producir estos
nuevos saberes es indispensable una nueva generación de técnicos y
científicos que no sometan sus prácticas a las fuentes de financiación
actuales (empresa y Estado), así como aprender a experimentar «los
dispositivos que nos hagan capaces de vivir las adversidades sin
volcarnos en la barbarie, creer en lo que alimenta la confianza allí
donde amenaza la impotencia terrorífica».
Leer a Isabelle Stengers no es fácil. En En tiempos de catástrofes, la filósofa dedica un capítulo al arte de prestar atención. Arte, que no capacidad, en el sentido de que «la atención, aquí, no se refiere a lo que es a priori definido
como digno de atención, sino que obliga a imaginar, a consultar, a
encarar consecuencias que ponen en juego conexiones entre lo que tenemos
la costumbre de considerar como separado». La lectura de la obra de
Stengers requiere que cultivemos el arte de prestar atención en la forma
que ella indica. No basta con leer sus palabras y hacernos un
dibujo mental de lo que nos expone, sino que exige un esfuerzo por
nuestra parte, una posición lectora activa, a la vez que
sosegada, que implica parar y releer, conectar con nuestras referencias,
pensar, asentir o no, buscar otras referencias nuevas. Prestar atención
durante la lectura de Stengers nos prepara para prestar atención a
nuestra realidad. En mi caso, en mi proceso personal de lectura, no
podía evitar que se colara de forma insistente la imagen de un hombre
vestido de blanco tratando de ocultarse entre las sombras de la noche.
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