Data: 02/04/2014
Colectivo Las Trans, Asamblea de
Mújeres de Alava, Bilgune Feminista, Pikarri Kolektiboa eta 7menos20 taldeek
Gasteien martxoaren 8an egin zen ekintzaren harira idatzitako artikulua.
Hace varias semanas que se hizo público un estudio a nivel europeo sobre la
violencia contra las mujeres. En él se decía que cerca del 30% de las mujeres
en Europa habían sufrido o estaban sufriendo agresiones machistas; esto es,
unos 62 millones de mujeres.
(Si hacemos la lectura inversa, a nosotras nos dice que cerca del 30% de los hombres en Europa han agredido o están agrediendo a las mujeres; esto es, unos 62 millones de hombres). Y aquí no pasa nada; y tú no te rasgas las vestiduras por ello! ¿Quizás no se entienda que 1/3 en Europa significa 1/3 en el Estado español?, 1/3 en Euskal Herría?, 1/3 en Álava?, 1/3 en Vitoria-Gasteiz? (Aunque las extrapolaciones no son buenas en muchos casos, y este será -sin duda- uno de ellos).
Hace una semana escasa, nos enteramos del primer asesinato machista en Euskal Herria en este 2014 (y en poco más de dos meses se suman 17 o 18 en el conjunto del Estado español; un alarmante aumento de la violencia machista). Pero, en esta ocasión, tú tampoco te rasgas las vestiduras! (¿Hay minutos de silencio por ella?; ¿hay banderas a media asta por ella?; hay calles o plazas en recuerdo de ella? de ellas?, de todas las asesinadas...?).
El pasado 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, publicaste en tu cuenta de twitter: «Los que han hecho esto son unos desgraciados. Ya está dicho. Estoy harto de ser políticamente correcto» (colgado en twitter el 8 de marzo a las 9:21).
Vaya, ahora sí!; ahora te rasgas las vestiduras! Pero ese comentario no lo has colgado en tu cuenta por el constante goteo de mujeres asesinadas; lo has colgado porque se arrojó pintura sobre el monumento de la ‘Batalla de Vitoria’. ¿Te importa más un monumento -aunque sea ese- que la vida del 52% de la población de tu ciudad? (Entendemos que no, aunque den ganas de hacer esa lectura).
Y aunque no deja de ser nuestra opinión, creemos que alguien como tú, el Sr. Alcalde de Vitoria-Gasteiz, que milita en un partido homófobo, lesbófobo y tránsfobo -más allá de las actuaciones y simpatías personales dentro del mismo-, en un partido pro nuclear, pro fracking, que quiere privatizar la sanidad -condenando a muchas personas a no poder pagar tratamientos que aseguren su vida-, que quiere penalizar el derecho de las mujeres a su propio cuerpo -condenando a muchas a morir mientras lo ejerzan en condiciones nada deseables-, que está regalando le educación a una secta -para ideologizar a la población-, que quiere acabar con la justicia universal, que ve a las personas migrantes como enemigos, que ha vendido los derechos sociales y se ha vendido al capital olvidándose de que estar en el poder no es aprovechar la situación para hacer una sociedad «a su imagen y semejanza», sino gobernar la que ya existe y está estructurada; que alguien así, creemos nosotras, está traicionando todos aquellos valores que hacen que un vida sea digna de ser vivida.
Y sobre la acción en el monumento (que nos dispersamos), pues lo sentimos -bueno, no lo sentimos; solo es un forma retórica de hablar-, pero a nosotras nunca nos va a representar un homenaje a una guerra; a pesar de que sea la imagen de la ciudad que vendáis para atraer el turismo, o como opina ‘BatallaDeVitoria' -también en tu cuenta de twitter- «representa un acto que encumbró a toda la ciudad en Europa». Bien sabemos que la barbarie no encumbra; es un mal trago que hay que digerir.
Lo que pensamos es que si algo sobraba de esa plaza cuando se hizo la reforma, era precisamente el monumento. Sobraba antes, sobra ahora, y sobrará siempre!
Y no nos molesta que lo hayan «ensuciado». De hecho, esa acción nos parece que expresa mejor lo que sentimos muchas personas. Y mientras alguien decide quitarlo de ahí (el monumento), diríamos más; diríamos que nosotras también lo ensuciamos con esa pintura morada; diríamos que, si no se nos cree, nos auto inculpamos de la acción. Y les diríamos a las personas acusadas: no os dejéis intimidar!, estamos con vosotras! Y les diríamos a quienes están cerca, y a sus madres, y a sus padres, que cuenten con nosotras para hacer que el peso de la represión se diluya entre muchas y no resulte excesivamente oneroso para nadie.
En fin Maroto, que si bien es cierto que dicen de ti que eres «un verso suelto», porque tu vida y en tu vida no «comulgas» con muchas de las ideas que propugna el P.P., lo que nosotras entendemos es que no eres ese verso suelto -que queda también como imagen pública- sino «un mal verso, en un pésimo poema» (o si alguien lo prefiere «un mal verso, en una Puñetera Pesadilla»).
Se tú quien decide quitar ese oprobio -esa deshonra- de mitad de la plaza!
(Si hacemos la lectura inversa, a nosotras nos dice que cerca del 30% de los hombres en Europa han agredido o están agrediendo a las mujeres; esto es, unos 62 millones de hombres). Y aquí no pasa nada; y tú no te rasgas las vestiduras por ello! ¿Quizás no se entienda que 1/3 en Europa significa 1/3 en el Estado español?, 1/3 en Euskal Herría?, 1/3 en Álava?, 1/3 en Vitoria-Gasteiz? (Aunque las extrapolaciones no son buenas en muchos casos, y este será -sin duda- uno de ellos).
Hace una semana escasa, nos enteramos del primer asesinato machista en Euskal Herria en este 2014 (y en poco más de dos meses se suman 17 o 18 en el conjunto del Estado español; un alarmante aumento de la violencia machista). Pero, en esta ocasión, tú tampoco te rasgas las vestiduras! (¿Hay minutos de silencio por ella?; ¿hay banderas a media asta por ella?; hay calles o plazas en recuerdo de ella? de ellas?, de todas las asesinadas...?).
El pasado 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, publicaste en tu cuenta de twitter: «Los que han hecho esto son unos desgraciados. Ya está dicho. Estoy harto de ser políticamente correcto» (colgado en twitter el 8 de marzo a las 9:21).
Vaya, ahora sí!; ahora te rasgas las vestiduras! Pero ese comentario no lo has colgado en tu cuenta por el constante goteo de mujeres asesinadas; lo has colgado porque se arrojó pintura sobre el monumento de la ‘Batalla de Vitoria’. ¿Te importa más un monumento -aunque sea ese- que la vida del 52% de la población de tu ciudad? (Entendemos que no, aunque den ganas de hacer esa lectura).
Y aunque no deja de ser nuestra opinión, creemos que alguien como tú, el Sr. Alcalde de Vitoria-Gasteiz, que milita en un partido homófobo, lesbófobo y tránsfobo -más allá de las actuaciones y simpatías personales dentro del mismo-, en un partido pro nuclear, pro fracking, que quiere privatizar la sanidad -condenando a muchas personas a no poder pagar tratamientos que aseguren su vida-, que quiere penalizar el derecho de las mujeres a su propio cuerpo -condenando a muchas a morir mientras lo ejerzan en condiciones nada deseables-, que está regalando le educación a una secta -para ideologizar a la población-, que quiere acabar con la justicia universal, que ve a las personas migrantes como enemigos, que ha vendido los derechos sociales y se ha vendido al capital olvidándose de que estar en el poder no es aprovechar la situación para hacer una sociedad «a su imagen y semejanza», sino gobernar la que ya existe y está estructurada; que alguien así, creemos nosotras, está traicionando todos aquellos valores que hacen que un vida sea digna de ser vivida.
Y sobre la acción en el monumento (que nos dispersamos), pues lo sentimos -bueno, no lo sentimos; solo es un forma retórica de hablar-, pero a nosotras nunca nos va a representar un homenaje a una guerra; a pesar de que sea la imagen de la ciudad que vendáis para atraer el turismo, o como opina ‘BatallaDeVitoria' -también en tu cuenta de twitter- «representa un acto que encumbró a toda la ciudad en Europa». Bien sabemos que la barbarie no encumbra; es un mal trago que hay que digerir.
Lo que pensamos es que si algo sobraba de esa plaza cuando se hizo la reforma, era precisamente el monumento. Sobraba antes, sobra ahora, y sobrará siempre!
Y no nos molesta que lo hayan «ensuciado». De hecho, esa acción nos parece que expresa mejor lo que sentimos muchas personas. Y mientras alguien decide quitarlo de ahí (el monumento), diríamos más; diríamos que nosotras también lo ensuciamos con esa pintura morada; diríamos que, si no se nos cree, nos auto inculpamos de la acción. Y les diríamos a las personas acusadas: no os dejéis intimidar!, estamos con vosotras! Y les diríamos a quienes están cerca, y a sus madres, y a sus padres, que cuenten con nosotras para hacer que el peso de la represión se diluya entre muchas y no resulte excesivamente oneroso para nadie.
En fin Maroto, que si bien es cierto que dicen de ti que eres «un verso suelto», porque tu vida y en tu vida no «comulgas» con muchas de las ideas que propugna el P.P., lo que nosotras entendemos es que no eres ese verso suelto -que queda también como imagen pública- sino «un mal verso, en un pésimo poema» (o si alguien lo prefiere «un mal verso, en una Puñetera Pesadilla»).
Se tú quien decide quitar ese oprobio -esa deshonra- de mitad de la plaza!
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