Ángel Ramos
11 Julio 2014

¿Qué datos podéis
ofrecernos sobre la situación actual de la violencia intragénero en España? ¿Es
un fenómeno raro o es más habitual de lo que pensamos?
La
escasez de datos sobre el fenómeno en el territorio español es una de las cosas
que impulsa el nacimiento de SAVI (Servicio de Atención de la Violencia
Intragénero). A día de hoy el único estudio que se conoce sobre la violencia
intragénero y el gran referente sobre este tema en nuestro país es el de la
Asociación Aldarte, según este estudio el 59,1 % de las personas que
contestaron a la entrevista han sufrido o están sufriendo maltrato por su
pareja del mismo género. Es una estadística alarmante.
En
estados Unidos (el Consejo de Crimen y Justicia de Minneapolis) se señala que
los estudios llevados a cabo en territorio estadounidense demuestran que existe
la misma frecuencia en el maltrato intragénero que en el maltrato de género y
que los niveles de severidad de la violencia son los mismos, las víctimas de la
violencia intragénero son maltratadas, insultadas, humilladas y a veces
asesinadas por sus parejas. En la misma línea la Coalición Nacional de
Antiviolencia, 2002, señala que la proporción de maltrato intragénero es
similar en frecuencia al maltrato de género.
Desde
SAVI entendemos la necesidad de estudiar este fenómeno más en profundidad pero
los datos iniciales señalan que es una dramática realidad mucho más frecuente
de lo que se cree y que probablemente se da con la misma frecuencia que el
maltrato de género, por lo que actualmente hemos diseñado una encuesta sobre
este fenómeno para poder recopilar más datos y llegar a saber la extensión real
del fenómeno, os animamos a contestarla.
El tema de la violencia en el seno de las parejas del
mismo sexo sigue siendo un tema muy silenciado, ¿a qué se debe esta
invisibilidad?
Por
un lado el estudio de ALDARTE
demostró que solo el 10-12% acudían a recursos fuera de su familia o amigos,
por lo que normalmente esta violencia se suele resolver en la intimidad y por
ello no es visible a las instituciones o el resto de comunidad.
Otro
factor es que las propias características del maltrato lo impiden, igual que en
la dinámica de la violencia de género, elementos como el llamado ciclo de la
violencia, la dependencia emocional, la culpa, el aislamiento y el vínculo
dificultan que la víctima pida ayuda.
Por otro lado, si la víctima del maltrato se suele
encontrar aislada del mundo por su pareja en el caso intragénero la cultura dominante ayuda al
agresor LGTB para aislarla aún más ya que cuenta con la complicidad de una
sociedad y un sistema asistencial que no reconoce estas agresiones como
legitimas para recibir el apoyo y asistencia externa (como si ocurre en la
violencia de genero).
La
orientación sexual (su visibilidad familiar, social o laboral) puede ser un
elemento de chantaje o agresión más (“te voy a sacar del armario en tu trabajo
si me dejas”, “se lo voy a decir a tu madre”), específico de este tipo de
relaciones. Igualmente, la bifobia y homofobia, interiorizadas a nivel familiar
o social, debilitan y hacen más vulnerable a la persona implicada en una
relación violenta.
Por
último es necesario señalar que la evolución sociocultural que ha tenido la
mujer en estos años para identificar una situación de maltrato y sentir el
respaldo profesional, legal y social que reconoce estas situaciones y las
censura, no ha tenido lugar con las víctimas de violencia en parejas LGTB,
existe una dificultad para identificar y reconocer la violencia en pareja.
Por
tanto podemos afirmar que el maltrato intragénero hoy está en la misma
situación que estaban las mujeres víctimas de maltrato hace 30 años. No se
veían a un nivel público y por ello se infería que no eran muchas.
¿Qué diferencias existen entre la violencia en una
pareja del mismo sexo y en una heterosexual?
La
esencia del maltrato es la misma, radica en el control que un miembro de la
pareja trata de conseguir sobre el otro por medios coercitivos, y las
agresiones son del mismo tipo: físicas, psicológicas y sexuales, con la misma
escalada de violencia, los mismos mecanismos y manipulaciones.
Las
razones por las que las víctimas mantienen la relación abusiva son también las
mismas que se han estudiado ya extensamente en el maltrato sobre la mujer: la
creencia de que el maltratador cambiará, que quieren a su agresor, el miedo a
las represalias, la dependencia emocional, el miedo a no encontrar ayuda, falta
de habilidades, etc.
No
obstante las personas que ejercen maltrato o violencia en pareja, reflejan su
contexto, explotan las vulnerabilidades y juegan con los valores y recursos (o
falta de ellos) de la comunidad para obtener ventaja. Como resultado, la
violencia en las relaciones LGTB pueden presentarse de forma diferente: la
homofobia puede contribuir a su aislamiento, no hay ninguna ley que ampare a
las víctimas por lo que el miedo y la falta de protección puede alargar la
relación violenta, el maltratador puede amenazarle con sacarle del armario,
etc...
¿Cuál es el perfil del agresor en una pareja del mismo
sexo? ¿A qué suele responder esta violencia?
En
la violencia de género se afirma que no hay un perfil de maltratador único, que
hay una serie de características que se suelen dar con mayor frecuencia en los
agresores, y también en la víctimas, como por ejemplo falta de seguridad,
violencia en su familia de origen, déficit en el control de impulsos, etc.
En
la violencia intragénero no creemos que haya tampoco un tipo de agresor único,
son muchas cosas las que pueden influir a la hora de maltratar, habrá personas
simplemente inseguras y muy celosas que tienen problemas para controlar su ira
y habrá personas con verdaderos trastornos de personalidad, no se puede
simplificar a unos cuantos tipos de agresor y menos aún a un perfil de agresor
único pero desde SAVI estamos estudiando cuáles son esos factores de
vulnerabilidad que pueden predisponer a una persona gay o bisexual a maltratar
a su pareja del mismo género y si pueden ser diferentes a lo que ocurre en una
pareja heterosexual.
Pero
la violencia está claro que obedece a lo mismo tanto en el caso de género como
en el intragénero: el tratar de conseguir el poder sobre la otra persona. Es el
medio para conseguir un fin: el control de su víctima.
Hay diversas maneras de ejercer violencia, pero ¿qué
formas suele adoptar en estos casos?
Como
hemos mencionado anteriormente: las mismas. El maltrato psicológico, físico o
sexual puede llevarse a cabo tanto en parejas heterosexuales como homosexuales
o bisexuales.
Al
final los mecanismos en los que la violencia se ejercen son los mismos, pero a
veces es especialmente difícil reconocerlos en el caso del maltrato intragénero
porque hay muchísimos mitos muy dañinos: ¿Cómo una chica puede violar a otra?
¿Cómo un chico puede pegar a otro si tienen la misma fuerza? ¿Si un chico
obliga a otro a tener una relación sexual no están simplemente en una relación
sado maso? Hay demasiadas ideas preconcebidas sobre este tema que dificultan su
tratamiento y visibilidad.
Ahora
bien, sí que es más frecuente, debido a los roles de género que nos han
inculcado que la chicas ejerzan un maltrato más psicológico y los chicos puedan
llegar al físico con más facilidad pero al final son los dos igual de graves,
de hecho ha sido demostrado que el maltrato psicológico puede dejar muchas más
secuelas y más duraderas que el maltrato físico.
Debido a su invisibilidad, hay muy poca información
sobre esta realidad y cómo abordarla. ¿Qué herramientas y mecanismos tiene a
mano una persona víctima de violencia intragénero para poder atajarla?
Aparte
de los recursos personales que pueda poseer: su apoyo familiar, social, sus
recursos económicos o sus propias características psicológicas, hay pocos
recursos específicos disponibles donde puede acudir, aún es un fenómeno que no
tiene la consideración o entidad que debería.
Hasta la creación de SAVI no tenemos constancia de que
haya habido un servicio especializado exclusivamente en violencia intragénero y
en su estudio, tratamiento y difusión. A nivel público o de instituciones hay
un gran vacío, este vacío es compensado dentro de sus posibilidades por servicios de voluntarios en
asociaciones y colectivos LGTB y por algunos recursos profesionales
generalistas, dentro de estos encontramos el CAF (Centro de Atención a las
Familias), el PIATH (Programa de Atención a Transexuales, Homosexuales y
Bisexuales de la Comunidad de Madrid) y hace poco en COGAM han creado hace poco
una asesoría para el maltrato intragénero y también en su día Aldarte publicó
el estudio que hemos mencionado y difundió información sobre la violencia
intragénero.
Y
a nivel legal o asistencial la situación es muy deficiente, la ley de violencia
de género no recoge otra violencia que no sea la del hombre sobre la mujer y
todos los servicios están diseñados desde una perspectiva de género excluyente,
por lo que en el caso de las parejas del mismo sexo quedan fuera del sistema de
asistencia. No son atendidos.
Si
alguien del ámbito LGTB denuncia a su pareja por malos tratos, esta denuncia
será tratada teniendo en cuenta la gravedad de las lesiones, pero no se le
podrá aplicar como tal la ley con la consideración de violencia doméstica, por
tanto se le aplicarán las mismas leyes que a cualquier otra agresión en
cualquier otro ámbito; es decir, tendrá la misma consideración la lesión
producida, por ejemplo, por un desconocido en un altercado en una discoteca,
que la lesión que un chico puede producir a su pareja masculina, sin tener en
cuenta si este abuso es reiterado, o sin establecer de antemano una orden de
alejamiento. Aparte de la burla o el menosprecio que puede recibir por parte de
los implicados en el sistema legal o asistencial. Por lo que muchas veces una
denuncia en lugar de mejorar la situación la empeora.
¿Cuál es vuestra actividad en el Servicio de Atención
a la Violencia Intragénero?
SAVI
es una iniciativa privada sin ánimo de lucro, en la que un grupo de
profesionales especializados en población LGTB y en violencia, ofrece un
servicio de información y atención especializada y profesional. Invitamos a
todo el mundo a conocer el proyecto en nuestra página web.
Con
vocación integradora en relación al sistema de atención general y específico
LGTB, desde SAVI conformamos un grupo de trabajo con tres grandes
objetivos. La sensibilización, información e investigación sobre la
realidad de la violencia de genéro. Realizamos charlas, conferencias y
talleres vivenciales en relación a la violencia de género, como actividades de
sensibilización y prevención; apoyamos activamente la difusión de los estudios
e información existentes sobre el tema e iniciamos nuestro propio estudio sobre
la realidad de la violencia intragénero a nivel nacional; ofrecemos información
a los profesionales que nos la soliciten y cursos formativos que posibiliten el
mejor tratamiento de este fenómeno (a trabajadores sociales, policía,
psicólogos, enfermeras, médicos...); la información, asesoría y atención
Psicosocial especializada y profesional para las personas implicadas en una
relación de violencia en pareja.
Desde
SAVI ofrecemos servicios gratuitos como la primera Atención recepción,
información y asesoría psicosocial sobre las situaciones de violencia en
parejas LGTB, información sobre recursos y recomendaciones ante el marco legal
y asistencial y asesoría psicológica especializada, apoyo y contención
emocional, frente a las dificultades asociadas a la violencia en pareja, pautas
de autocuidado y gestión. En su caso, información y derivación a recursos.
También
ofrecemos servicios Subvencionados como atención psicológica especializada en
violencia en pareja LGTB, (ofrecemos un descuento del 25% y además contamos con
plazas gratuitas para casos de especial necesidad, las cantidades abonadas
sirven para permitir el mantenimiento del proyecto y de los servicios
gratuitos). No es un servicio exclusivo para las víctimas, cualquier persona
implicada en una dinámica de violencia puede acudir. No necesariamente
trabajamos de forma individual o unilateral.
Nuestro
equipo de trabajo multidisciplinar, está compuesto por profesionales de la
psicología, el trabajo social, la terapia sexual, el peritaje psicologico, la
investigación, la formación, el manejo de grupos y terapia Gestalt, que están
especializados en población LGTB y en violencia desde hace más de 10 años y que
desempeñan su labor profesional de manera no lucrativa en este proyecto.
La
coordinación del proyecto corre a cargo de tres profesionales, Isidro García
Nieto (trabajador social), Lidia Mendieta (Psicóloga y perito,
www.terapiaypericial.com) y Juan Macías (Psicólogo,
www.psicologojuanmacias.es). Especializados el población LGTB y en violencia
desde hace más de 10 años, tenemos experiencia específica en la atención a
violencia en el entorno familiar en sus múltiples formas (violencia de género,
violencia a menores, intervención con personas que ejercen maltrato, violencia
en pareja del mismo género, intervención con menores afectados por la violencia
en pareja, etc.) y experiencia específica en la atención a la violencia
intragénero en diversos espacios, públicos y privados a través de estos años .
Según vuestro criterio, ¿cuáles son las necesidades
más urgentes para crear conciencia de estas situaciones y para que las personas
sepan cómo manejarlas?
Creemos que debería seguir un camino muy
parecido al que siguió la violencia de género, primero el fenómeno se
visibilizó, se empezó a ver en la tele, se empezó a hablar en las calles,
empezó a aparecer la realidad dramática que tantos años había estado oculta. Y ante
esta necesidad la sociedad respondió con la creación de la Ley de Violencia de
Género, con todo lo que ello implicó, recursos legales específicos: orden de
alejamiento, pensiones, casas de acogida, etc... Y con ello la necesidad de la
formación a profesionales, surgieron estudios específicos sobre el tema, se
empezó a impartir formación en las universidades, etc.
Por ello en SAVI no solo queremos tratar el fenómeno
desde una perspectiva puramente asistencial, sino que queremos estudiar el
fenómeno, difundirlo e informar a la sociedad de que es una realidad, igual que lo es el maltrato de género. Queremos exigir
los mismos derechos y los mismos recursos y que por fin sea tratado con la
consideración que debería. Por eso actuamos desde una triple vertiente: la
asistencia psicológica y/o social, la formación a profesionales y la difusión y
estudio del fenómeno, ya que opinamos que es igualmente urgente que los
implicados reciban ayuda y que la sociedad despierte y se conciencie. Solo así
podremos ser considerados iguales y tener los mismos derechos.
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