Soy una muy mala madre, porque el otro día mientras escuchábamos música en la plaza y yo me pintaba los ojos, mi hijo quiso pintarse como mujer, y lo dejé. Y seguiré siendo la peor madre, porque si mi hijo quiere vestirse de princesa seré la primera en comprarle un vestido.
Decido ser una mierda de madre, porque me cago en los estereotipos y apoyaré a mi hijo en cada decisión que tome en su vida, porque lo traje al mundo para que sea feliz, pensante y buena persona, no para que siga reglas acéfalas sociales.
Y miren, que ya tiene 9 años, y lo he dejado experimentar todo lo que ha querido, y aún así lleva 4 años muy enamorado de una amiguita.
No quiero dejar de ser una mala madre si es lo que soy por dejarlo ser libre y feliz”.
Yayi escribió este texto en su Facebook, y en poco tiempo la habían leído cientos de miles de personas.
“Hoy temprano alguien tomó mi celular y comenzó a ver mis fotos, al
llegar a ésta, su indignación fue tal, que me gritó que yo soy una
pésima madre.
Al día siguiente, conmocionada por el alcance de sus palabras,
publicó un selfie con su hijo, agradeciendo todo el apoyo recibido e
ignorando todas las críticas recibidas. En su texto cuenta que al
momento de ir a buscar a su hijo al colegio le mostró la foto que había
publicado y le contó de los mensajes. El niño se sintió feliz y
orgulloso de ella: “eres muy valiente mamá”, y la abrazó. A las críticas
relacionadas con los roles de género, Yayi recibió otras relacionadas
con el posible acoso que podría sufrir su hijo por ser diferente. Su
respuesta:
“Para quienes se preocupan del bullying que podrían hacerle, les
cuento que mi hijo es súper especial, puede ser porque lo tuve en el
cole y siempre me ha acompañado a todas y por esto ha tenido mucho
contacto con personas diversas, o porque simplemente nació distinto, el
punto es que yo conozco su personalidad, y sé que si eso sucede él se
defenderá dialogando, como cada vez que tiene una diferencia de opinión
con alguien. Esto sumado a que está en un colegio que a pesar de ser
religioso, siempre nos han apoyado en nuestra manera distinta de ver la
vida, como por ejemplo el no creer en la Biblia o ser vegetarianos,
entre muchas cosas, me tiene muy tranquila, y entiendo a quienes se
preocupen porque lo vayan a molestar, gracias por la preocupación, pero
sé que no sucederá. Además mi hijo tiene una profesora maravillosa y
unos compañeros muy lindos, son un curso muy unido, por lo que estoy muy
en paz, y mi hijo también.
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